Sinopsis
La música es lo más importante en la
vida de Jimena: su trabajo, su manera de expresarse, su pasión… De
hecho, su chelo es el mejor amante que ha tenido: fiel, comprensivo y
siempre dispuesto a satisfacerla.
Así que, ¿para qué necesita un
hombre por muy atractivo que sea? Jimena no está dispuesta a
soportar que nadie le diga qué debe hacer, ni cómo vestirse, que
piense que su lengua es un arma de destrucción masiva o que se queje
de lo horrorosas que son sus pecas… Y eso es justo lo que pasa cada
vez que tiene la mala suerte de coincidir con Lucas.
Pero cuando se ven forzados a compartir
una casa antigua en un pueblo en medio de ninguna parte, las chispas
empiezan a saltar… sin que ninguno de los dos pueda evitarlo.
Opinión
¡Qué divertida!
Es la primera vez que leo a esta autora
y me ha sorprendido gratamente. Su novela es fresca, adictiva,
entretenida y llena de diálogos simpáticos que te sacan la sonrisa.
Todos los personajes, tanto principales
como secundarios, me han encantado. La lengua viperina y el mal
carácter de Jimena no tiene precio, la chica no se guarda nada.
Lucas es un seductor nato y no duda en picarla y hacerla rabiar. Su
relación se va cociendo a fuego lento, entre malentendidos y pullas
dialécticas. Ambos muy independientes y sin intenciones de una
relación estable deberán aceptar sus sentimentos.
Las dos parejas secundarias también
son interesantes y aportan encanto al libro.
Otro punto positivo de la historia es
la buena relación que hay entre las chicas, incluso entre las dos
que se suponen que son rivales por el corazón de Lucas. Me ha ganado
la generosidad de Anabel.
Una historia ágil, con gancho, en la
que los personajes maduran pero sin perder su esencia. Te atrapa y no
te suelta.
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