Sinopsis
Yanira trabaja de cantante en los
hoteles de Tenerife. Está soltera y vive rodeada por su familia. Su
vida es plácida y en cierto modo acomodada.
Pero a Yanira le gusta experimentar
cosas nuevas, y decide adentrarse en el mundo de los intercambios de
pareja. En uno de los bares que frecuenta conoce a un italiano que le
enseñará que el sexo va mucho más allá de lo que ella conocía
hasta el momento.
Un año más tarde se traslada a
Barcelona y comienza a trabajar de camarera en un crucero de
vacaciones llamado Espíritu Santo. En el barco también está Dylan,
un atractivo empleado de la sección de mantenimiento que apenas le
hace caso, a pesar de las continuas sonrisas de Yanira.
Lo que ella no sabe es que la observa
más de lo que cree, y a pesar de los malentendidos que surgen entre
ellos, la atracción se hace latente y acabarán encontrándose y
compartiendo un sinfín de juegos morbosos, divertidos y sensuales.
Opinión
Un libro bastante flojo.
Lo comencé con mucha ilusión porque
Megan Maxwell me suele divertir bastante con su escritura fresca,
desenfadada y llena de humor pero pasaban las páginas y la historia
no arrancaba, después de varios capítulos te das cuenta de que no
mejorará y encima comienza a aderezarse con una variedad de
explicaciones, personajes y subtramas que no aportan nada.
Los personajes no tienen suficiente
química y su relación no termina de cuajar, incluso las escenas
eróticas dejan bastante que desear.
No puedo decir mucho sobre el libro
porque no me ha transmitido nada. Es de esas novelas que se leen pero
no se sienten.
Lo peor: me ha dado mucha pereza que
Dylan repita la historia de sus padres y la ex novia psicópata.
Lo mejor: los hermanos mellizos de
Yanira, especialmente el friki de La guerra de las galaxias. Si me
animara en un futuro con el segundo libro de la serie sería por él.
En definitiva, una historia bastante
plana, sin magia, con protagonistas muy flojos y que no termina de
enganchar.
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