Sinopsis
Un tirano por el día, un playboy por
la noche. Esa es la reputación que precede a Richard VanRyan. Él
vive su vida de la manera que quiere, sin importarle las opiniones de
otros. No se preocupa ni por nada ni por nadie, y no tiene intención
de cambiar su manera de ser.
Katharine Elliott trabaja como
asistente personal de Richard. Ella le desprecia y no comparte su más
que cuestionable ética profesional, pero no tiene otro remedio que
soportar y gestionar todas las tareas que Richard le encarga ya que
necesita su trabajo para poder subsistir.
Hasta que llega el día en el que él
le pide algo que Katharine nunca imaginó. Un nuevo acuerdo, con un
trabajo diferente: ser su prometida en lugar de su asistente
personal.
¿Qué es lo que puede suceder cuando
dos personas que se detestan tienen que vivir juntas y actuar como si
estuvieran locamente enamoradas? ¿Sobrevivirán al acuerdo que han
firmado?
Opinión
Esta novela no me llamaba la atención
pero después de leer multitud de opiniones positivas tuve que
animarme. Ha sido una acierto.
He disfrutado mucho con este libro.
Hay que leerlo sin analizarlo demasiado
porque si te paras a mirar la cantidad de tópicos que tiene, el
papel de Richard, tan déspota y egoísta, la personalidad de Katy,
tan encantadora y sufridora, capaz de aguantar los peores comentarios
y desplantes con una sonrisa...
La autora consigue crear un romance
atractivo, con posiciones muy desiguales en la relación y con unos
secundarios que animan la trama. La trampa para este matrimonio suena
algo rara pero queda bien encajada gracias a despreocupada economía
del publicista.
Hasta el 70% me gustó mucho pero el
último tramo fue un tostón. En estos capítulos no pasa nada, me
gusta saber de la felicidad de los protagonistas pero se estira
demasiado y no aporta interés a la trama.
Una pena que tenga este final tan
simple.
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