A finales del mes pasado tuve mi
primera reunión en el Club de lectura de la Biblioteca Municipal de
mi pueblo.
No estaba muy segura de que me fuera a
gustar porque no conocía a nadie de los participantes y también,
para que vamos a mentir, creía que no iba a dar la talla, que me iba
a dar vergüenza hablar, que no iba a aportar nada interesante, que
los libros elegidos no me iban a interesar... en fin, mil y una
dudas.
Nada de eso. La experiencia ha sido muy
positiva y salí encantada. Poder charlar cara a cara con otros
amantes de los libros y comentar qué nos ha transmitido esa lectura
es muy divertido. Además, al haber tanta variedad de edades,
formación, ideales, sentidos del humor... (aunque todas eramos
mujeres) te ofrece otras puntos de vista sobre personajes, trama,
reacciones, lenguaje... que no se te habían ocurrido a ti.
Me encantó y animo a todo el mundo que
tenga un poco de tiempo libre que lo pruebe.
El libro elegido fue “Las uvas de la
ira” de John Steinbeck.
Es un libro muy duro en el que me costó
bastante entrar pero a partir del capítulo 19 comenzó a mejorar o
yo entré en la forma de narrar del autor y ya no pude soltarlo.
Es un narración muy lenta, llena de
detalles y descripciones minuciosas del viaje y de todos los
problemas que se les plantean a la familia (averías de coche,
comida, muertes, embarazos, peleas...). Estos capítulos se van
alternando con otros más explicativos sobre cómo funcionaba la
economía, los bancos y cómo ellos manejaban la agricultura.
Es muy triste ver todas las miserias
que vivieron y cómo querían aprovecharse de ellos. Especialmente,
cuando en la actualidad estamos viviendo la misma situación con los
refugiados sirios.
Lo peor: el final. La trama queda
demasiado abierta y me dejó con sabor amargo.
Asistiré a la próxima reunión y luego me tendré que tomar un descanso durante los meses de diciembre y enero porque con la recogida de la aceituna no tendré tiempo de nada.
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