Sinopsis
Cuando Olimpia se da de bruces con su
pasado, presiente que sus problemas no han hecho más que empezar.
Allí estaba él, mirándola fijamente con sus ojos negros, sin
previo aviso y más atractivo todavía de lo que recordaba. Y Olimpia
que creía que lo había superado...
Como ella es una optometrista de lo más
profesional, está dispuesta a probarse todas y cada una de las
lentes correctoras que ha ido acumulando a lo largo de los años: las
de los "sueños rotos", las de la "venganza", las
de la "solitaria estabilidad" y las de "la ilusión".
Pero no se decide a probar esas que llevan por marca "Dale Otra
Oportunidad".
Menos mal que en esta montaña rusa que
es la vida estará acompañada por sus estupendos jefes, Gerardo y
Arturo, parientes de "su pasado", su inseparable amiga
Lola, quien sufre el ataque de las malditas hormonas, y su hermano
Nico, un Dj enemigo de la pena que está deseando poner ritmo a la
banda sonora de su futuro.
Opinión
No he disfrutado demasiado de esta
lectura, excepto por los secundarios que son muy buenos.
Cuando comencé la novela me gustaba
mucho el personaje de Olimpia, sus amistades (Lola, Arturo...) y su
hermano, Nico. Parecía una mujer con las ideas claras sobre lo que
quería y lo que debía evitar a toda costa.
Pero llegó un punto en que me dio la
impresión de que hubo un cambio radical en su personalidad y se
convirtió en una mujer que había tenido su vida en stand-by
esperando una reaparición. Tomaba decisiones que no comprendía y se
engañaba a sí misma.
Lo mejor: la historia de amor
secundaria entre Nico y Natalia. Me ha parecido fresca, atractiva con
dos personas fuertes y sinceras que no tenían miedo a arriesgarse.
Como siempre soy sincera en mis
impresiones, voy a reconocer que me salté bastantes capítulos para
seguir la historia de ellos dos y me olvidé de los protagonistas
principales.
Seguiré leyendo novelas de Olga Salar
porque me gusta mucho como escribe, siempre tiene chispa, frescura y puede ser
muy entretenida.
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